By ..::SanIvan::..
 

HISTORIA

 

Los comienzos de la labor social de la Fundación se remontan al año 1998. En esa época, un grupo de personas de la Fundación Voluntariado El Sembrador – Seccional Bogotá-, lideradas por la Sra. Margarita Celis, iniciaron acciones de cooperación social dirigidas a las poblaciones marginales de la ciudad de Bogotá por medio de brigadas de salud en las que suministraban alimentos, ropa y atención médica. Gracias a este trabajo se detectó una población vulnerable de niños, en lo que en aquella época se conocía como la calle del cartucho.

 

En febrero de 1999 se focalizó la acción social hacia estos niños en alto riesgo. Los voluntarios y voluntarias los llevaban a un lugar donde se les bañaba, se les vestía, se les brindaba un refrigerio y se trataba de hacer un acercamiento psicoafectivo. También se tuvo un intercambio con los padres y madres que se lograban identificar.

 

Después de algunos meses, observando la necesidad de un trabajo mucho más completo se gestionaron donaciones de personas naturales, nacionales e internacionales, y se tomó en arriendo una casa en el barrio Normandía. Este lugar se adecuó de manera que los niños tuvieran lo necesario para iniciar la fase de desintoxicación, se contó con el trabajo de un equipo interdisciplinario: médico general, psicólogo clínico, dos trabajadores sociales, un terapeuta ocupacional, psicopedagoga y terapeutas en calidad de voluntarios. Con el deseo y la decisión de tomar a los niños en medida de protección institucional, se hizo necesario tener el aval del ICBF, como organismo encargado de la protección de los mismos. Es así como el 21 de julio de 1999 se inicia legalmente la Casa del Menor, como un ente jurídico con independencia operativa y financiera de la Asociación Voluntariado el Sembrador – Seccional Bogotá, pero conectadas administrativamente.

 

Pasado un tiempo, se vio la necesidad de cambiar de vivienda por motivos de espacio y convivencia con el vecindario de Normandía en Bogotá. Buscando mejorar la calidad del servicio la sede se traslado a Chía, Cundinamarca. Una casa campestre, pequeña, vía a Cajicá. Allí se dio un paso muy importante que consistió en involucrar a los niños de manera formal en la vida escolar. Once  niños empezaron sus estudios primarios donde además del currículum normal de enseñanza, tuvieron actividades deportivas manuales y de cómputo.

 

Posteriormente, queriendo fomentar actividades de tipo agropecuario en su tiempo libre, La Fundación se trasladó a la vereda Fonquetá en Chía. La nueva sede  propició desarrollar actividades como la producción de hortalizas, pollos, conejos y humus de lombriz.

 

Además de estos intercambios con la naturaleza el espacio ofreció más oportunidades para desarrollar actividades deportivas y lúdicas como terapia ocupacional para dar progreso a la convivencia, valoración de la vida, mejoramiento de autoestima, desarrollo de talentos y habilidades de los niños.

 

Luego, buscando la continuidad hacia estudios de bachillerato, hubo un cambio de colegio los niños fueron matriculados en la Institución Educativa Departamental “Cerca de Piedra”. Además dos de los niños han requerido educación especial y están en el colegio Diosa Chía.

 

El nombre de la institución al principio llamada Casa del Menor de Calle, cambió al de Fundación Casa del Menor de la Calle “De regreso a la vida” el 21 de julio de 1999.

 

Desde entonces el compromiso de la Fundación ha sido que estos niños y adolescentes que fueron declarados en alto riego o abandono encuentren un hogar, en donde se les brinde protección, atención y formación y de esta forma entregar un legado de esperanza para las futuras generaciones.

 

 

MISIÓN

 

Somos una institución privada, sin ánimo de lucro, con jurisdicción en el departamento de Cundinamarca, que trabaja activamente en la transformación de las condiciones de vida de los niños y adolescentes en situación de alto riesgo o abandono, garantizándoles sus derechos de salud, educación, recreación y alimentación en medio institucional; mediante un abordaje holísitico desde la interdisciplinariedad es su ámbito familiar, educativo, social y personal que le permita desarrollar habilidades y competencias para ser gestores de su propio desarrollo.

 

 

VISIÓN

 

Ser reconocidos en el año 2015 por nuestro compromiso y trabajo permanente en la protección y garantización efectiva de los derechos de salud, educación, recreación y alimentación de los niños y adolescentes en medio institucional que satisfagan las necesidades de nuestros beneficiarios, por medio de asesorías personalizadas de un equipo humano altamente calificado e idóneo con gran compromiso y sensibilidad social. Esperamos que nuestra población objetivo se convierta en promotora y gestora de su propio desarrollo, asegurando el sostenimiento de sus condiciones de vida.

 

 

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